Erase una vez… (o como regresar la normalidad)
Erase una vez… (o como regresar la normalidad)
28 de octubre de 2019: Finalizan de los Juegos Mundiales Militares celebrados en ciudad de Wuhan. El evento congregó a 9,603 atletas de más de 104 países. Estos Juegos son organizados por el Consejo Internacional del Deporte Militar desde 1995 y tienen como objetivo contribuir a la paz mundial uniendo a militares de todos los continentes a través del deporte. Como toda concentración de atletas, es común que puedan surgir algún brote de gripe o que ciertas enfermedades de tipo sexual tengan a una mayor incidencia. En esa oportunidad, varios atletas de diferentes países enfermaron de los que parecía ser una “fuerte gripe”. Entre los afectados por la curiosa enfermedad, varios atletas españoles padecieron dichos síntomas. El mismo cuadro se encontró entre atletas de Francia, USA, Alemania, Italia y Luxemburgo, entre otros. Aquí comenzó la “Pandemia del COVID-19”.
31 de diciembre de 2019: En la ciudad de Wuhan, la población sufre de un brote epidémico similar a la gripe, pero con consecuencias mortales. Los enfermos padecen de un tipo de Neumonía desconocida. Muchos tiene graves problemas respiratorios, llegando a ser mortal. China informa a la OMS de un “Conglomerado de casos de Neumonía”, causada por una virus similar al SARS-COV-1 del 2003.
Primer trimestre 2020: Paulatinamente varios países de oriente comienzan a sufrir de esta nueva enfermedad, Singapur, Taiwan, Corea del Sur y Japón se ven abatidos por la gran cantidad de casos y las UVI de los hospitales se ven desbordadas.
26 de enero de 2020: primer caso en Europa. Una azafata china en hospitalizada en la ciudad de Viena victima de la enfermedad. La azafata había estado días antes en la ciudad de Wuhan. En las siguientes semanas Italia, Francia y Portugal comenzarían un calvario de victimas de la enfermedad.
11 de marzo de 2020: LA OMS suma 118 mil contagiados en 114 países, se decide declarar oficialmente una “Emergencia de Salud Pública Pandémica”. Era comenzó del final de una era.
Miles de muertos por el mundo, las economías de muchos países afectadas y casi en banca rota, ansiedad, Stress, teletrabajo, reinvención empresarial, riders, comercio electrónico, códigos Qr. Cuantas cosas han cambiados en tan poco tiempo. La Juventud tal vez sea la más afectada, luego de pasar casi dos años replegados entre 4 paredes con el solo contacto físico de la familia. Atrás quedaron amigos, fiestas, bailes, música, colegas, clases presenciales y mas cosas.
Dejamos de vernos a la cara, todos pasamos a utilizar una especia de “burka” : Los tapabocas, dejando a las vista una mirada cada vez más vacía de sociedad. El suicidio juvenil aumentó en un 250% a causa de la pandemia.
Pensamientos destructivos, un futuro incierto y apocalíptico, verbalizaciones relacionadas con la muerte y los profetas del fin del mundo, han proliferado como las malas hiervas.
7 de marzo de 2022: Hemos superado lo peor de la pandemia. El pasado año la ciencia consiguió en tiempo record sintetizar una vacuna (tal vez deberíamos llamarla Bloqueador). Y no solo una sino varias de ellas, con diferentes grados de efectividad, pero todas culpen con su objetivo: frenar el COVID-19. A día de hoy, un 64% de la población mundial tiene al menos una dosis de la vacuna. Ahora todos podremos volver a la “Normalidad”.
Pero, ¿A qué normalidad?
No hemos conseguido superar lo que se llama la “Inmunidad de Rebaño” pero los países industrializados y muchos de los países en vías de desarrollo ya cuentan con la gran mayoría de su población vacunada. Todos sabemos que la vacuna no garantiza el no contraer el virus, pero si que los síntomas no sean letales. Esto presupone que tendremos que mantener por un largo período de tiempo las costumbres de protección y seguridad social. Tendremos que hacer ajustes en nuestro desenvolvimiento cotidiano como sociedad.
La sociedad vive una situación de estrés post traumático que será difícil de superar: los recuerdos recurrentes e involuntarios y angustiosos de la enfermedad, el revivir el constantemente la pérdida de amistades y familia, el miedo a salir de casa y contaminar a los mayores, los sueños perturbadores o pesadillas sobre la muerte de seres queridos.
El estrés postraumático también tiene síntomas de evasión como el tratar de evitar el pensar o hablar acerca de lo sucedido es la pandemia y el evitar lugares, actividades y personas que recuerden todo el suceso traumático.
El estado de ánimo de las personas se ha visto afectado por estos síntomas, llevándoles a tener pensamientos negativos recurrentes, desesperanza hacia el futuro, problemas de memoria e incluso no poder recordar aspectos importantes de cosa ocurridas en la pandemia, el sentimiento de distanciamiento entre los familiares y amigos, y en la juventud la falta de interés por desarrollar actividades que anteriormente le gustaba cómo salir ir al cine, practicar deportes, etc.
La sociedad y el ser humano deben demostrar una vez más que son capaces de superar todas estas contingencias y conseguir el equilibrio tan necesario en la vida cotidiana.
Será necesario una gran estrategia comunicacional, conjunta y coordinada que permita convencer a las personas que es necesario reactivar nuestra sociedad, nuestra economía y nuestro país, que es necesario que volvamos a tener reuniones familiares y conseguir nuevamente darnos la mano, un abrazo y un beso sin miedo.
Eso es lo grande de la humanidad, nuestra capacidad de adaptación y superación.